
Existen dos tipos de piscinas. Las prefabricadas y las hechas a medida. En las primeras, se recurre a los modelos más geométricos, como los rectangulares, cuadrados, ovalados, arriñonados, redondos y en forma de L.


1. En primer lugar, es imprescindible contar con un buen equipo de profesionales que ofrezca garantías y que, preferiblemente, proceda de la misma zona donde se llevará a cabo la obra.
2. Es aconsejable orientar la piscina hacia el oeste o hacia el sur, en la zona más soleada de la parcela, para que pueda ser utilizada el mayor número de meses posible, y la más aislada del jardín, para gozar de intimidad y evitar que el viento moleste.
3. El enemigo principal de las piscinas suelen ser las hojas, por lo que hay que evitar plantar árboles y arbustos de hoja caduca en sus alrededores, así como especies que desarrollen raíces profundas. En su lugar, se puede recorrer a todo tipo de palmáceas.
4. La piscina debe estar bien asentada sobre un terreno firme y consolidado. Antes de llevar a cabo ninguna obra, se requiere que un grupo de profesionales analice y estudie la parcela. Hay que evitar zonas rocosas y demasiado húmedas.
5. Actualmente se pueden construir piscinas de cualquier dimensión. Las medidas estándar suelen oscilar entre los seis metros por tres y los quince metros por ocho. En cuanto a profundidad, es recomendable que no sobrepase los dos metros.

Fuente: Decopasión